Asilah es uno de esos lugares que, de alguna manera, te roban el corazón sin que te des cuenta. Es pequeña, tranquila, y tiene esa magia de pueblo pesquero que te hace sentir como si el tiempo no tuviera importancia, además si andas buscando un rinconcito bonito donde desconectar, es ideal, aquí van unos tips.
Las 9 cosas de Asilah que no puedes perderte
1. La medina: Un laberinto de encanto
El corazón de Asilah es su medina, y sinceramente, lo mejor que puedes hacer es perderte en ella. No hace falta que sigas un mapa. Las callejuelas, pintadas de blanco y azul, son tan tranquilas y bonitas que lo disfrutas paseando sin más. Aquí no hay el bullicio que podrías encontrar en otras ciudades marroquíes. Todo va más a su ritmo, y eso se agradece. Te cruzas con murales llenos de color que decoran las paredes. Es como una galería de arte al aire libre, solo que sin horarios, sin guía. Solo tú paseando y disfrutando.
2. Las murallas portuguesas: Historia a la orilla del mar
Las murallas que rodean la medina fueron construidas por los portugueses hace siglos, y ahí siguen, como si nada. Hay algo en ellas, algo que te conecta con la historia. Lo mejor es ir al bastión de Krikia al atardecer. Te sientas en el borde y ves cómo el sol se va escondiendo en el Atlántico. Es de esos momentos que te llenan, sin que tenga que pasar nada extraordinario. Solo el mar, el cielo cambiando de color y tú ahí, presente. A veces, pequeños detalles son los que más valen.
3. La playa de Asilah: Arena dorada aguas cristalinas
La playa de Asilah es justo lo que buscas si necesitas desconectar y relajarte. Arena dorada, agua clara, y lo mejor de todo, sin el barullo de otras playas más turísticas. Es para tirarse al sol, nadar un rato y luego buscar algún restaurante pequeño cerca. Ah, y si puedes, prueba las sardinas a la parrilla. Un poquito de limón y listo, el sabor es increíble. Si estás buscando más tranquilidad aún, dirígete a la Playa de las Cuevas, pese a estar más escondida, merece la pena pasarse por ahi.
4. El festival cultural de Asilah: Arte por todos lados
Si estás por aquí en verano, no puedes perderte el Festival Cultural Internacional. Es cuando la ciudad realmente cobra vida. Artistas de todo el mundo llegan para pintar murales, hacer conciertos, exposiciones…Todo se siente como una gran fiesta. Aunque no seas el más fanático del arte, te prometo que lo disfrutarás. El ambiente es genial, todo el mundo paseando, riendo, mirando los colores. La medina se convierte en una gran galería sin paredes y es muy difícil no contagiarse de esa energía.
5. El Palacio de Raissouli: Un vistazo a la arquitectura tradicional
En el corazón de la medina está el Palacio de Raissouli. Tiene ese toque mágico que mezclan la arquitectura marroquí y la andaluza. Hoy lo usan para eventos y exposiciones, pero aunque no haya nada cuando vayas, el sitio ya de por sí es una pasada. Cada rincón tiene un detalle, un azulejo o una ventana que te hace imaginar cómo era la vida por aquí hace cien años. Vale la pena pasear por sus habitaciones y dejar volar la imaginación.
6. La Torre de Menagem: Un vestigio de la historia portuguesa
Dentro de las murallas también está la Torre de Menagem, otro recuerdo de la época portuguesa. Si subes, tienes unas vistas que valen mucho la pena. Puedes ver toda la ciudad, el Atlántico al fondo, y es de esos lugares donde apetece quedarse un rato sin hacer nada más que mirar. A veces, esos pequeños momentos de calma lo son todo, simplemente te sientas y miras el horizonte, sin más.
7. El zoco de Asilah: Artesanías y sabores locales
El zoco de Asilah es pequeño, pero lleno de cosas interesantes. Puedes encontrar artesanías, textiles, especias, y el famoso aceite de argán. El regateo es parte del encanto, y aunque al principio cueste un poco, acabas pillándole el truco. Además, siempre te llevas algo especial a buen precio, y es una buena manera de conectar con la gente local. Todo sin el agobio de los grandes mercados, aquí la cosa es mucho más relajada.
8. Gastronomía en Asilah: Sabores del mar y del campo
La comida en Asilah es sencilla, pero espectacular. Todo es fresco, sin complicaciones. El tajín de pescado es una delicia, el cuscús igual, y no puede faltar la harira, una sopa marroquí que siempre sienta bien. Pero, sinceramente, el favorito son las sardinas a la parrilla. Nada del otro mundo, pero cuando algo está fresco y bien hecho, no necesitas más. Y si estás junto al mar, pues mejor todavía. Todo sabe mejor con una brisa marina.
9. Excursiones desde Asilah: Explorando los alrededores
Asilah también es un buen punto de partida si quieres explorar más de Marruecos. Tánger está a menos de una hora en coche, y tiene una mezcla de culturas que la hace única. O puedes ir a las cuevas de Hércules, que tienen una abertura en forma de mapa de África. Ambas excursiones son fáciles de hacer en un día, y te dan una perspectiva diferente de lo que es Marruecos. Es lo bueno de estar en Asilah, siempre hay algo más que descubrir sin irte muy lejos.
Consejos prácticos que debes saber antes de viajar a Asilah
¿Cómo moverte en Asilah?
Asilah está bien conectada con otras ciudades como Tánger y Rabat. Dentro de la ciudad, la mejor manera de moverse es a pie, es cómodo y se disfruta más.
¿Cómo es el clima en Asilah?
El clima es templado, lo que significa que cualquier momento es bueno para visitar. Primavera y verano son perfectos si quieres disfrutar del festival y el ambiente lleno de vida.
¿Dónde dormir en Asilah?
Tienes de todo, desde riads tradicionales hasta hoteles modernos. Si puedes, quédate en un riad en la medina, es una experiencia diferente y se siente más auténtico.
Asilah, un refugio de paz y creatividad
Asilah tiene algo que engancha, algo que te hace querer volver. Quizá sea la mezcla entre lo antiguo, lo artístico y ese ambiente relajado que se respira. Es un sitio para desconectar, pasear sin rumbo, y dejarte sorprender por cada rincón. La medina, las playas, el festival… todo tiene un encanto único que no se olvida. Si tienes la oportunidad, no lo dudes. Ven a descubrir Asilah, te aseguro que te va a enamorar.co más de su atmósfera mágica y su cálida hospitalidad. ¡No esperes más para explorar Asilah!